miércoles, 25 de mayo de 2011

INPORTANCIA DEL EMBALAJE

LA HISTORIA DE DOS PAQUETES

La importancia que el embalaje tiene para un producto procesado se puede ilustrar por estas historias verdaderas que muestran como el embalaje afectó la suerte de un producto alimenticio.



LA PRINCESA

Un grupo de mujeres en Guatemala aprovechaba una abundante oferta local de peras para preparar jugo y lo empacaba en pequeñas latas "abre fácil" con suficiente jugo para una persona. Sin embargo, el producto debía competir con una amplia gama de jugos elaborados por una procesadora nacional grande que contaba con un mercado bien establecido. Las ventas del producto local eran ínfimas. Finalmente, las mujeres pensaron que su problema se debía a que no ofrecían una amplia gama de sabores. Con la ayuda de una ONG, importaron fruta de otras regiones para procesar y así incrementar el rango de sus productos. Sin embargo, sus problemas solamente aumentaron: ahora tenían latas de jugo de pera, piña y mango que no se vendían. ¿Qué debían hacer?

Su problema real era el alto costo del embalaje. El costo de las latas ascendía al 80% del total de los costos de producción y su ventaja inicial - acceso a la fruta local a bajos costos- se perdía por completo. Simplemente no podían competir con los "tetrapax" de cartón de bajo costo que usaba la compañía más grande. La solución estaba en usar un embalaje más adecuado para el mercado local. El empleo de bolsas plásticas, como aquéllas utilizadas para la leche y la crema, permitieron al grupo vender mayores cantidades a precios reducidos, y así, respondieron a la demanda de compradores de ingresos menores del área.



LA CENICIENTA

Una planta pequeña de procesamiento de fruta en el Caribe tenía un problema. Producían artesanalmente mermelada de guayaba y la vendían en frascos simples de vidrio en el supermercado local a 0,99 dólares EE.UU. cada una. Desafortunadamente Kraft Foods también tenía mermelada de guayaba y la ofrecía al mismo precio. Gracias a su famosa marca, Kraft conseguía capturar la tajada del león del mercado, y la planta local no podía vender suficiente para cubrir sus costos. ¿Qué hacer?

Un análisis pormenorizado reveló que la fruta utilizada por la pequeña planta procesadora provenía de un bosque natural de guayaba ubicado en el centro de la isla. Los árboles no habían sido rociados nunca con químicos ni con fertilizantes. Esta era una oportunidad, pero solo si el producto se presentaba de una manera adecuada. Con la ayuda de un diseñador, el embase barato fue reemplazado por un frasco de vidrio octogonal y la presentación se completaba con una cinta de satín y una elegante etiqueta. En lugar de "mermelada de guayaba" la etiqueta ahora ostentaba el eslogan "‘Sea Island’ confitura de guayaba natural elaborada artesanalmente con 100% de fruta tropical natural orgánica". La mermelada con nuevo empaque se vendió a través de una cadena de tiendas exclusivas en los Estados Unidos, con un precio superior a 4 dólares EE.UU. cada una. Así el costo por frasco permitía a la planta cubrir el costo adicional del embalaje y aumentar su margen de ganancias. Ahora su problema consistía en encontrar suficiente materia prima para cubrir la ¡demanda!



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